En Hill Valley, ciudad típicamente americana, está a punto de ocurrir uno de los mayores acontecimientos de la historia de la humanidad: los viajes en el tiempo. Su descubridor: el doctor Emmet Brown, un científico loco que creaba artilugios inútiles hasta que una madrugada tormentosa no podía dormir, y leyendo una revista en el cuarto de baño cuando hacía sus "cosas", recibió el impacto de un ladrillo en la cabeza, y le vino la imagen del condensador de fluzo, aquello que hace posible los viajes a través de la historia.
Qué motivación cuando ves el coche a punto de volar con la musiquilla sonando, y de pronto aparece en otra época. Lo mejor era cuando los personajes de la peli la liaban y modificaban algo, con el correspondiente cambio en el "contínuo espacio-tiempo", que según Doc. podía poner fin a la existencia del universo. Recuerdo el consejo que el abuelo Simpson le dio a Homer cuando se casó: hijo, si alguna vez viajas en el tiempo, no toques nada.
Sin duda alguna, lo mejor de la trilogía de Robert Zemeckis y Steven Spielberg eran los destellos lingüísticos de los personajes: esto se queda aquí, Marty, no he inventado la máquina del tiempo para fines lucrativos (cuando le quita el anuario en Regreso al Futuro II, justo la imagen de la foto); cazadora secándose...cazadora seca; ya he llegado..ha llegado el rey de la casa...rey del castillo (cuando el Marty viejo entra en su casa); nadie me llama gallina...
También en otra época los enemigos de nuestros intrépidos amigos no desaparecen del mapa, sino que su maldad es heredada por sus descendientes.Qué decir de Buffot Tanner, cuyo nieto dio muchos quebraderos de cabeza al bueno de Marty McFly cuando viajo a 2015 creo recordar. O cuando su tatatatatatatatatatattarabuelo intento matar a Doc. en un duelo en el viejo oeste después de tomar la zarzaparrila, pero Doc tuvo que tomarse el famoso brebaje "despejatuberías".... qué tiempos aquellos.
Y los personajes secundarios, dios mio, que reparto: el padre de Marty, George, era un auténtico piltrafilla, un fracasado que se contentaba con cualquier cosa, pero era un héroe americano completamente tapado, ya que cuando Biff intentó llevarse a Lorraine, la madre de Marty, consiguió endiñarle un puñetazo y cambiar esa forma de ser, en cierto modo.
Sin duda alguna, lo mejor de la trilogía de Robert Zemeckis y Steven Spielberg eran los destellos lingüísticos de los personajes: esto se queda aquí, Marty, no he inventado la máquina del tiempo para fines lucrativos (cuando le quita el anuario en Regreso al Futuro II, justo la imagen de la foto); cazadora secándose...cazadora seca; ya he llegado..ha llegado el rey de la casa...rey del castillo (cuando el Marty viejo entra en su casa); nadie me llama gallina...
También en otra época los enemigos de nuestros intrépidos amigos no desaparecen del mapa, sino que su maldad es heredada por sus descendientes.Qué decir de Buffot Tanner, cuyo nieto dio muchos quebraderos de cabeza al bueno de Marty McFly cuando viajo a 2015 creo recordar. O cuando su tatatatatatatatatatattarabuelo intento matar a Doc. en un duelo en el viejo oeste después de tomar la zarzaparrila, pero Doc tuvo que tomarse el famoso brebaje "despejatuberías".... qué tiempos aquellos.
Y los personajes secundarios, dios mio, que reparto: el padre de Marty, George, era un auténtico piltrafilla, un fracasado que se contentaba con cualquier cosa, pero era un héroe americano completamente tapado, ya que cuando Biff intentó llevarse a Lorraine, la madre de Marty, consiguió endiñarle un puñetazo y cambiar esa forma de ser, en cierto modo.
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