"300": Vuelven las Termópilas

Quiero y creo que es necesario comentar varias cosas antes de hablar de la película 300. En primer lugar, no es una película histórica. Es una adaptación de una novela gráfica de 1998, guionizada e ilustrada por Frank Miller (1957), que a su vez se basa libremente en un hecho contado por historiadores de la época, principalmente Herodoto de Halicarnaso. En segundo lugar, el cómic en el que se basa es muy visual y no cuenta con demasiados diálogos. La traslación de esto a la pantalla ha sido hecha de tal forma que 300 es ante todo imágenes y sonido, por lo que los diálogos distan de ser brillantes, salvando dos o tres frases memorables. Teniendo en cuenta estas dos cosas, arrancamos...

300 es la recreación de un suceso histórico que ha pasado a la leyenda como prototipo del acto heroico. En el 489 a.C., el ejército de Jerjes I, emperador de Persia, avanza implacable con el objetivo de conquistar Grecia. Leónidas I de Esparta decide hacerles frente y al saberse en inferioridad numérica elige presentar batalla en el paso de las Termópilas. Para conseguirlo, los espartanos entregaron sus vidas en la defensa del estrecho paso, donde la superioridad numérica persa quedaba reducida a su mínima expresión. Se calcula que el ejército persa contaba con 250.000 hombres, frente a unos 7.000 griegos, que se quedaron en 1.000 tras la retirada de parte de los soldados. Se cuenta que, tras varios días de combates en los finalmente la superioridad numérica persa venció a la táctica griega, el ejército de Jerjes vio reducido su número en 20.000 efectivos, frente a las 1.000 bajas griegas. Actualmente se cree que este sacrificio, sirvió para dar tiempo al resto del ejército griego a tomar posiciones, frenando finalmente el avance de los persas.

Crítica

Desde su première mundial frente a una audiencia de 1,700 personas en el Festival Internacional de Berlín el 14 de febrero de 2007, “300” ha recibido críticas mixtas. La película recibió ovaciones en su estreno público, sin embargo, fue duramente criticada en su proyección para la prensa, cuando algunos espectadores optaron por abandonar la sala, mientras que otros de los que se quedaron abuchearon al final.

Dentro de la película podemos encontrar algunas pinceladas de política, pero el campo de batalla es el protagonista indiscutible y el metraje transcurre entre combate y combate. Los enfrentamientos están rodados con planos cortos y la acción se congela en algunos momentos, como marcando las viñetas del cómic en que está basado. El rigor es más hacia obra de Miller que con el hecho histórico, así que nadie se crea que los soldados espartanos iban a la batalla con un taparrabos y una capa roja, por mucho éxito que tenga el uniforme entre el público femenino. Y es que, ante todo, 300 es una orgía para los sentidos y la imagen está más cuidada que el rigor histórico. Visualmente es un festín casi continuo. Por otro lado, el apartado sonoro es sobresaliente. En muchos momentos la música se hace protagonista, realzando la acción en pantalla y alcanzando tintes épicos.

En el apartado negativo, lo más sangrante es la escena en la que Leónidas se presenta ante Jerjes y parece que vayamos a ver una continuación de Brokeback Mountain.

En resumen, con 300 Zack Snyder (el director) inventa un nuevo lenguaje cinematográfico y se ha desmarcado de los convecionalismos que tanto abundan ahora que todo el mundo se dedica a adaptar comics. Se agradece que una obra tan especial como la de Miller haya recibido un trato tan respetuoso, aunque el resultado es más un espectáculo visual que una película memorable.

Observaciones Personales

Me ha gustado: La banda sonora a cargo de Tyler Bates, en la que usa parte de la magnífica partitura de Black Hawk Derribado.

No me ha gustado: Algunos diálogos quedan un poco raros en boca de unos tipos que vivieron hace unos 2.500 años.

Lo mejor: Visualmente es una proeza que traslada a la pantalla la belleza de los dibujos de Frank Miller y los colores de Lynn Varley.

Lo peor: Con mucho, la escena en la que Leónidas se presenta ante un Jerjes que parece recién salido del armario.